El polietileno de baja densidad es un material cada vez más demandado por todo tipo de industrias. Su gran versatilidad, y unas características a las que se les puede sacar mucho partido, son sus puntos fuertes. Y el motivo por el que su presencia se ha incrementado su presencia en la fórmula de fabricación de múltiples elementos.
La vida diaria nos demuestra cómo su uso en objetos cotidianos se ha generalizado. Así, se encuentra en las bolsas que se utilizan para congelar, en el papel film destinado al envoltorio de alimentos, etc.
A continuación, repasamos sus principales características y te explicamos las ventajas sostenibles que ofrece el polietileno de baja densidad con el que trabajamos en FORTAPS.
¿Qué es el polietileno de baja densidad y cuáles son sus propiedades?
El polietileno de baja densidad, PEBD o LDPE (por sus siglas en inglés), pertenece a la familia de los polímeros olefínicos, y está compuesto por repeticiones de etileno.
Sus características difieren de las que presenta el polietileno de alta densidad, también muy demandado, y lo convierten en la materia preferida para fabricar botellas, bolsas, envoltorios alimentarios, etc.
Se trata de un material con una gran resistencia térmica y química, y también muy flexible y moldeable. Por lo que resulta sencillo su tratamiento a través de procesos que se emplean generalmente con los termoplásticos: inyección (como las piezas del catálogo de FORTAPS) y extrusión.
En definitiva, puede decirse que es un plástico brillante, maleable y resistente. Pero a esta definición es obligado añadir que es el plástico más utilizado del mundo y también, y muy importante, el más reciclado.
El polietileno de baja densidad en FORTAPS
El polietileno de baja densidad está presente en toda la producción de FORTAPS. Es el material que utilizamos para la inyección de nuestras piezas, a excepción de las bridas y los roscados, para los que usamos polietileno de alta densidad, por su mayor dureza.
Nuestro trabajo, a través de la creación de moldes propios, precisa de un material que aporte flexibilidad al proceso de inyectado. Pero ese material también debe ser altamente resistente tanto a la temperatura, como a los contactos químicos. En el PEBD hemos encontrado la respuesta a estos requisitos.
Las ventajas de sostenibilidad del polietileno de FORTAPS vienen dadas desde dos puntos diferentes que, al tiempo, son complementarios.
Por un lado, los procesos de trabajo. En este sentido, la maquinaria de última generación con un consumo energético mínimo revaloriza nuestra filosofía de buscar un crecimiento continuo y sostenible.
Por otro, el propio material.
A continuación, lo explicamos de modo más detallado.
¿Por qué destacar la sostenibilidad de nuestro PEBD?
Hay tres puntos fundamentales para entender a qué nos referimos cuando hablamos de la sostenibilidad de este material dentro del marco de nuestra producción:
Materia prima virgen
Nuestro compromiso con la sostenibilidad y la eco innovación nos hace buscar un plus de calidad en el material que utilizamos. Por eso, partimos de materia prima virgen para facilitar el reciclado.
Cabe destacar que todo tipo de PEBD es reciclable. Los envases realizados con este material se clasifican numéricamente con un 4 en medio de un triángulo formado por flechas.
Si bien es responsabilidad de las empresas y particulares gestionar correctamente sus obligaciones en este sentido, proveer de los mecanismos necesarios para llevar a cabo el reciclaje lo es también de las autoridades competentes en la materia.
Utilización de polietileno reciclado
El volumen de piezas inyectadas en la planta de FORTAPS trae como consecuencia la existencia de gran cantidad de material sobrante.
Dentro de nuestra filosofía de trabajo, orientada hacia una actividad cada vez más verde, hemos incluido el concepto de economía circular. Esto quiere decir que el material sobrante se recoge para utilizarlo de nuevo para fabricar otras piezas.
Reciclaje propio
Ya comentamos en líneas anteriores que el polietileno de baja densidad es un material completamente reciclable. Pero es verdad que en este proceso suelen darse ciertos inconvenientes que lo dificultan.
En ocasiones, el obstáculo somos las personas. Una vez hecho uso del elemento fabricado con polietileno, haya concluido o no su vida útil, lo desechamos de manera inconveniente. Es decir, no lo clasificamos de manera correcta en los contenedores de reciclaje o lo tiramos en lugares inadecuados. Y así, lo único que se consigue es desaprovechar la oportunidad de sostenibilidad que brinda el polietileno, y convertirlo en un problema que crece cada día.
Otras veces, la responsabilidad recae en los gobiernos. En ocasiones no disponen los mecanismos para tratarlo, no se separan correctamente los residuos, o las plantas de tratamiento no realizan adecuadamente su función.
En FORTAPS hemos decidido tomar el control de la gestión de los residuos que generamos. Por eso nos encargamos del reciclaje de todos los materiales sobrantes.
Trabajamos día a día para consolidar una producción cada vez más ecológica. La satisfacción de nuestros clientes y el compromiso con un crecimiento sostenible son los motores que mueven nuestra actividad. Contacta con nosotros y dinos qué necesitas.